Cómo afectan las zonas de bajas emisiones a los repartos en la ciudad (y qué podemos hacer al respecto)

Cada vez que vas por el centro de la ciudad, es más normal ver carteles que dicen “Zona de Bajas Emisiones”. Y sí, suena muy bien, porque todos queremos respirar un aire más limpio. Pero si trabajas repartiendo cosas o tienes una tienda a la que llegan productos, ya sabrás que estas zonas también traen algunos líos.


En este artículo quiero contarte, de manera sencilla, qué está pasando con estas nuevas normas, por qué nos afectan tanto en logística, y qué podríamos hacer para que todo esto funcione mejor para todos.



¿Qué son las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)?


Básicamente, son zonas dentro de las ciudades donde no puede entrar cualquier coche o furgoneta. Solo pueden circular los vehículos que contaminan poco. Y aunque esto suena genial para el planeta (porque el aire será más limpio), también complica mucho el trabajo de repartir productos en esas zonas.



¿Dónde está el problema para los repartos?


Te lo digo fácil: muchos de los vehículos que usamos para llevar mercancías no cumplen con esas nuevas reglas. Cambiar todos esos camiones y furgonetas por otros más “limpios” cuesta muchísimo dinero. Y no todos los transportistas, sobre todo los más pequeños, pueden permitirse ese gasto.

Además, hay normas muy distintas según la ciudad: en unas te dejan entrar solo en ciertos horarios, en otras no puedes ni acercarte si tu coche no tiene una etiqueta específica... Es un lío tremendo que complica nuestro trabajo diario.



¿Y entonces qué se puede hacer?


Desde el sector logístico se está pidiendo algo muy sencillo: que nos escuchen. No estamos en contra de cuidar el medio ambiente, todo lo contrario. Pero necesitamos que las normas también tengan en cuenta cómo funcionan los repartos.


Algunas ideas que se han propuesto:


  • Ayudas económicas para cambiar los vehículos antiguos por otros menos contaminantes.
  • Horarios flexibles para poder hacer entregas sin tanto estrés.
  • Reglas claras y parecidas en todas las ciudades, para que no tengamos que aprender nuevas normas cada vez que cambiamos de zona.



Un reto para todos


Hacer que las ciudades sean más sostenibles es una tarea de todos. Pero si no se piensa bien en cómo afecta esto al trabajo de la logística, corremos el riesgo de quedarnos sin productos en los comercios o de pagar más caro por ellos.

Así que el mensaje es claro: sí a un aire más limpio, pero con soluciones reales que nos ayuden a todos a adaptarnos.