La logística urbana, o cómo llegan y salen las mercancías en nuestras ciudades, es algo silencioso pero fundamental. A menudo no lo vemos, pero afecta a todo: tráfico, contaminación, disponibilidad de productos. Por eso, lo que acaba de plantear Aecoc en su "Estudio de Perspectivas" me parece muy importante: el 77 % de los municipios quiere una normativa común para hacer la logística urbana más coordinada y segura.
Quiero contarte qué significa esto, qué está pasando ahora y por qué necesitamos avanzar en esa dirección. Ahí va.
¿Qué revela el estudio de Aecoc?
El análisis, presentado durante el 2º Encuentro de Ciudades organizado por Aecoc, expone varias realidades clave:
Solo el 9 % de los municipios considera tener un conocimiento elevado sobre los desafíos logísticos urbanos.
Aunque un 54 % reconoce que la Distribución Urbana de Mercancías (DUM) es prioritaria para mejorar eficiencia y sostenibilidad, solo el 23 % ha implementado medidas concretas.
Claramente, hay voluntad, pero también hay obstáculos para actuar.
¿Qué reclaman los municipios?
Ese 77 % que pide normativa común lo hace por varios motivos:
Quieren más seguridad jurídica que facilite la coordinación entre actores.
El 49 % reclama herramientas de control más efectivas para asegurar que la normativa se cumpla.
Un 37 % apuesta por reglas más claras sobre horarios y zonas de carga y descarga.
Y un 9 % considera necesario adaptar la normativa a vehículos sostenibles para la última milla.
Además, un 75 % está dispuesto a endurecer restricciones a vehículos contaminantes, siempre que haya “un calendario claro y diálogo abierto con empresas y ciudadanía”.
Formación, digitalización y colaboración: más que una normativa
El estudio también indica diferencias según el tipo de municipio:
Ciudades medianas y grandes reivindican más uso de herramientas digitales y colaboración público‑privada.
Municipios pequeños destacan la falta de formación técnica como una barrera para implementar buenas políticas de DUM.
Propuestas valoradas incluyen digitalizar zonas de carga y descarga para gestionar mejor los espacios, crear hubs urbanos, usar puntos de conveniencia e incluso la carga nocturna silenciosa.
No obstante, un 30 % lamenta la falta de financiación para llevar a cabo estas ideas piloto o infraestructura necesaria.
¿Por qué es tan importante avanzar en normativa común?
Desde mi perspectiva, esto es lo que está en juego:
1. Seguridad jurídica y certidumbre
Una normativa igual en varias ciudades da tranquilidad a empresas y administraciones. Si saben qué esperar, pueden planificar mejor.
2. Eficiencia operativa
Zonas de carga claras, horarios definidos, normas homogéneas permiten optimizar rutas, reducir tiempos muertos y evitar caos urbano.
3. Sostenibilidad real
Adaptar normativas para fomentar vehículos eléctricos o sostenibles impulsa una reducción de emisiones. Pero en muchas ciudades eso choca con normas diferentes en cada ayuntamiento.
4. Innovación y modernización
La digitalización de sistemas y la colaboración público-privada permiten desarrollar soluciones más inteligentes y rápidas.
Un reto que afecta a todos
La logística urbana no es exclusiva de grandes urbes. En ciudades pequeñas también llega todo lo que compramos, vendemos, consumimos. La falta de formación o recursos puede impedir que esos municipios aprovechen nuevas herramientas o legislaciones que favorezcan una transición a modelos más sostenibles.
Conclusión
He visto que cuando las normas cambian de un lugar a otro, la logística se vuelve lenta y costosa. Armonizarlas es un paso importante, pero debe ir acompañado de formación, recursos y tecnología. Solo así dejamos de improvisar y empezamos a entregar soluciones aplicables, eficientes y duraderas.
El dato del 77 % de municipios reclamando una normativa común no es un simple número. Es una señal clara de que hay ganas de avanzar, de mejorar. Pero también exige diálogo, recursos y visión compartida entre gobiernos locales, sector privado y ciudadanía.
Si trabajas en logística urbana, vale la pena estar atento a esto y explorar cómo puedes sumarte a esa coordinación, compartir ideas y alcanzar soluciones reales que mejoren nuestras ciudades.