El cuello de botella logístico del verano: cómo afecta a tus pedidos online y qué soluciones existen

Hoy te cuento por qué en verano muchos pedidos llegan tarde o, peor aún, no llegan… y qué podemos hacer para evitarlo. Lo cuento de forma muy simple para que todo el mundo lo entienda.

Un problema de siempre, que empeora en verano

Cada verano ocurre lo mismo: las entregas a domicilio de productos frescos y alimentación empiezan a colapsar.

¿Qué provoca este caos?

  • Menos personal disponible, porque muchos están de vacaciones.

  • Más gente en zonas turísticas, y, por tanto, más empleados que quieren comer en casa.

  • Horarios cortados, sobre todo en fines de semana y festivos: los repartidores dejan de trabajar o van a medio gas.

  • Operativas centradas solo en ciudades grandes, lo que deja fuera a otras zonas.

El resultado es que muchas plataformas no pueden entregar a tiempo. Y si los clientes no ven opciones rápidas, simplemente cancelan sus compras. De hecho, un 68 % de las personas encuestadas este verano ha decidido no comprar cuando no encontraba una opción rápida de entrega.

¿Qué cuesta no llegar a tiempo?

Pues mucho, sobre todo para pequeñas y medianas empresas que venden online:

  • Se pierden ventas.

  • Se daña la reputación de la marca.

  • El coste operativo sube mucho.

Los fallos de entrega representan hasta un 13 % de los ingresos que se pierden directamente, y el último tramo del envío, lo que se conoce como la última milla, puede llegar a suponer un 41 % del coste logístico total.

En sectores sensibles como la alimentación, donde los productos caducan o se desean frescos, llegar tarde significa vender mal o no vender.

Como dice un experto del sector: el consumidor ya no espera. Si no puedes servirle hoy, se irá al que sí puede.

¿Qué se puede hacer? Entregas colaborativas al rescate

Aquí es donde entran en juego modelos alternativos como el de las entregas colaborativas. Funcionan así:

  • Conectan comercios con personas particulares que ya van a pasar por el vecindario.

  • Ellos recogen el producto y lo entregan cuando pasan, sin necesidad de rutas nuevas ni estructuras pesadas.

Ventajas:

  • Llegan en fines de semana, festivos o de noche, cuando otros no trabajan.

  • Llegan a zonas alejadas, donde la logística convencional no da abasto.

  • Escalan con facilidad, sin necesidad de tener flota propia ni pagar sueldos fijos.

  • Reducción del impacto ambiental, porque aprovechan trayectos ya planeados.

Como comenta una portavoz del sector: las entregas colaborativas permiten ampliar la red sin romper la estructura. Y, sobre todo, permiten llegar a tiempo.

Mirando más allá de julio y agosto

Que esto pase cada verano ya no puede sorprendernos. Es un problema estructural que exige soluciones duraderas.

  • De aquí a 2030, la demanda de entregas urbanas subirá un 78 %.

  • Si seguimos con el modelo actual, los vehículos de reparto podrían aumentar un 36 %.

  • En España, muchas pymes aún no tienen herramientas digitales ni flexibilidad logística para afrontar este reto.

Una responsable de e-commerce lo dice muy claro: las empresas que quieran crecer online deben integrar la logística como parte estratégica de su propuesta de valor. Externalizar con inteligencia, combinar modelos y anticipar los picos de demanda es fundamental para competir.

Conclusión

  • Verano o no, el cliente espera entrega rápida y fiable. Ya no hay paciencia.

  • Si no puedes cumplirlo, te quedas fuera.

  • Por tanto, las soluciones logísticas deben ser valientes, innovadoras y colaborativas.

  • Las entregas colaborativas no son una moda; son una necesidad para sobrevivir y crecer en el comercio electrónico.