Maersk refuerza su última milla con nuevas funciones y planes de expansión

Cuando pensamos en Maersk, a muchos nos vienen a la cabeza enormes barcos cargados de contenedores cruzando océanos. Y es cierto, esa es su imagen más conocida. Pero el mundo de la logística está cambiando, y hoy, la clave no está solo en llevar mercancías de un continente a otro, sino en ese último tramo que une el almacén con la puerta del cliente: la última milla.

En este artículo quiero contarte cómo Maersk está reforzando este servicio, qué cambios tiene en marcha y por qué este movimiento puede marcar un antes y un después en su competitividad.

La última milla: un terreno muy competitivo

En el mercado estadounidense, la última milla está dominada por nombres muy potentes como UPS, FedEx y Amazon. Competir con ellos no es fácil. Sin embargo, Maersk ha decidido que no solo puede hacerlo, sino que además tiene mucho que aportar.

La compañía ya gestiona más de 80 millones de paquetes al año y tiene presencia en 32 países. Aun así, sabe que para crecer en este segmento necesita diferenciarse, y por eso está apostando por un conjunto de mejoras tecnológicas y operativas que buscan dar más valor al cliente final.

Mejoras pensadas para el cliente

Maersk ha escuchado lo que piden sus clientes y, a partir de 2026, incorporará nuevas funcionalidades a su servicio de última milla:

  • Foto como prueba de entrega: el repartidor dejará constancia visual de dónde se ha entregado el paquete.

  • Firma digital: el receptor podrá confirmar la entrega firmando desde su propio dispositivo.

  • Alertas en tiempo real: el cliente recibirá mensajes con el seguimiento del repartidor, sabiendo exactamente cuándo llegará.

Estas herramientas no solo aportan transparencia, también generan confianza y reducen incidencias.

Explorando la flota propia

Uno de los pasos más interesantes que está valorando Maersk es operar con su propia flota en las entregas urbanas. Esto le daría más control sobre el servicio y la posibilidad de ofrecer tiempos más rápidos y fiables.

El plan es comenzar por ciudades con un volumen de entregas muy alto, como Nueva York, para luego evaluar su expansión a otras áreas.

Una red flexible que ya funciona

Actualmente, Maersk E-Commerce se apoya en una red de transportistas regionales y nacionales. Esto le da flexibilidad para asignar cada envío al operador más eficiente en función de la ruta, el volumen y el tipo de servicio.

Esta red se combina con sus propios modelos de negocio, como Maersk E-Delivery y Maersk E-Fulfilment, que integran transporte, almacenaje e inventario en una sola propuesta. Todo se gestiona a través de una plataforma digital que centraliza el seguimiento, la atención al cliente y las devoluciones.

Infraestructura estratégica

Para que un sistema así funcione, hace falta algo más que vehículos y conductores. Maersk cuenta con centros de clasificación y cross-docking en puntos clave como Madrid, Barcelona, Londres, Taulov y Ámsterdam. Estas instalaciones permiten reorganizar y redistribuir la mercancía con rapidez, optimizando los tiempos y reduciendo costes.

El reto de diferenciarse

En un mercado tan exigente, la diferencia no está solo en llegar rápido, sino en hacerlo mejor. Las mejoras previstas por Maersk apuntan justo ahí: dar un servicio más transparente, con más información y más control para el cliente.

Además, la posibilidad de usar flota propia abre la puerta a estándares de calidad más consistentes, ya que no dependerían tanto de terceros.

Impacto en el cliente final

Si todo sale según lo previsto, los consumidores se beneficiarán de:

  • Mayor puntualidad en las entregas.

  • Mejor comunicación y seguimiento en tiempo real.

  • Más confianza gracias a pruebas visuales y firmas digitales.

  • Reducción de problemas en entregas fallidas.

Para empresas que dependen de la última milla para vender, esto se traduce en una mejor experiencia de compra y en más fidelidad por parte de sus clientes.

Una visión global

Lo que más me llama la atención de esta estrategia es que no se trata de un proyecto aislado. Forma parte de la visión global de Maersk para convertirse en un proveedor logístico integral, capaz de cubrir todo el recorrido del producto, desde que sale de la fábrica hasta que llega al comprador final.

Esto significa integrar transporte marítimo, terrestre, aéreo y ahora, cada vez más, la última milla, todo bajo una misma marca y un mismo sistema.

Conclusión

Maersk ha decidido que no basta con ser un líder en transporte internacional. Quiere ser también un referente en la entrega final al cliente, y para eso está invirtiendo en tecnología, infraestructura y nuevos modelos operativos.

En un sector donde cada detalle cuenta, estas mejoras pueden marcar la diferencia. Y si la apuesta por la flota propia funciona, no solo mejorará su competitividad en Estados Unidos, sino que podría replicar el modelo en otros mercados.

Veo en este movimiento un ejemplo claro de cómo una empresa tradicional puede reinventarse para adaptarse a las nuevas exigencias del comercio y la logística moderna.